México vibra con SAUROM en la Arena

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Ciudad de México, 8 de abril de 2025.— Han pasado ya tres días del concierto de Saurom en la Arena CDMX y apenas puedo terminar de digerir lo ocurrido en aquella gran presentación de los juglares de Saurom, un show que causaba gran expectación entre los fans mexicanos y que la banda se encargó de cumplir —y superar— con creces.

La emoción del público era notoria, tanta que hubo quienes acamparon desde una noche antes. Esa espera tuvo recompensa, pues incluso recibieron la visita de los Surom, quienes les llevaron calidez en medio de la espera. Y así, entre la marcha juglar, la convivencia, los encuentros y nuevas amistades, llegó por fin la hora de ingresar a la Arena y ver levantarse el telón que nos sumergió en el universo de El Principito.

De la Arena no hay mucho que decir; ya se ha escrito bastante sobre las situaciones incómodas que suelen ocurrir ahí. En mi caso, solo puedo testificar que hubo cierta tardanza en la apertura de puertas, aunque nada exagerado.

Una vez dentro, me dirigí directo —y sin escalas— a conseguir algo de merch, pero lamentablemente no logré hacerme con una copia de El Principito. Como muchos, me quedé con las ganas. (Mención especial al buen Alex, su hermanita y al panita con el que platicamos en la fila del merch). Aquí quiero señalar que quizá el desliz fue no haber traído más productos. Es cierto que en 2023, con “El Pájaro Fantasma”, había menos gente comprando, pero en esta ocasión la demanda fue desbordante. Mis respetos y reconocimiento a las dos personas que atendieron el punto de venta.


Al ir en familia, como en 2023, nos tocó estar en grada, en la zona morada. Sin duda, un lugar con buena vista al escenario. Desde las 8:15 hasta las 9 de la noche, pude ver cómo poco a poco el público comenzaba a llenar la cancha y algunas áreas de las gradas. No fue un sold out, pero estuvimos los que teníamos que estar.

Finalmente, la hora llegó. Las luces se apagaron y sonó el prólogo, acompañado por el grupo de danza Renacer y todo un grupo de actores, acróbatas y bailarines que, a lo largo del show, pusieron su granito de arena para hacer todo aún más mágico.

Todos sabíamos que no había marcha atrás cuando las campanas repicaron y retumbaron por toda la Arena, dando paso a uno de los temas más potentes de Saurom: “El Mordisco de la Serpiente”. Fue entonces cuando hizo su aparición El Batallón de Mordor, el Batalloncito y la grandiosa Elizabeth Amoedo, quien se presentó con gran potencia al interpretar los guturales de la canción y alternarlos con su voz melodiosa al encarnar a la Rosa.

Por su parte, pudimos escuchar a Migue, quien demostró una vez más que se encuentra en un gran momento vocal. Su potencia y claridad, combinadas con la voz de Eli, generaban una armonía épica.

Luego de la potente apertura, no pude hacer más que sorprenderme con la serie de canciones que llegaron a continuación. Desde el inicio y a lo largo de la presentación, la banda nos trasladó a los tiempos de antaño que muchos suplican que regresen: Ira Dei, Nostradamus, El Laberinto de los Secretos e Historias del Juglar II. Simplemente me volaron la cabeza.

Y sí, sé que para muchos no era novedad, pues el setlist de Madrid circuló prácticamente unas horas después del show allá. Pero yo soy de los que a capa y espada se negaron a saber qué canciones tocarían. Preferí sorprenderme en la Arena… y vaya que lo logré.

Uno de los puntos clave de la noche fue cuando por fin vimos en escena a Ramón, Isra, Elizabeth y Migue juntitos, y eso ocurrió con Nostradamus. Un momento más que ovacionado, porque el público ya ardía en deseos de verlos desde que Saurom los anunció en su sitio oficial.

Durante el show, en cada aparición de los tres invitados, la gente no se cansaba de corearlos y animarlos, lo mismo para el gran Tito Lara y los demás invitados especiales. A título personal, creo que quien más se emocionó —o al menos quien más lo expresó— fue Elizabeth. Sucumbió ante el cántico: “Eli, hermana, ya eres mexicana”.

Saurom prometió un show de tres horas, y eso fue justamente lo que recibimos. Pero… ¡qué corto se hizo el tiempo! De emoción en emoción, las tres horas volaron, y las más de diez mil almas presentes en la Arena vibraron al unísono con este espectáculo que, como ya es costumbre con Saurom, es pura calidad.

Podría escribir canción por canción lo vivido en esta mágica noche, pero quiero hablar de dos momentos que fueron de mis favoritos:



1. La Llorona:
Al interpretarla, se vio parcialmente cumplida la iniciativa de los fans de iluminar la Arena para formar la bandera de México. Desde mi lugar se apreció bastante bonito. Desde luego, me sumé con el color blanco. Estaba claro que no todos sabían qué hacer, pero me pareció un buen intento. Espero que esto no desanime, sino al contrario, que se replique en futuras visitas de Saurom cuando incluyan La Llorona en el setlist. Ya verán, eventualmente el verde, blanco y rojo se harán presentes en todo el público.

2. La clase de geometría:
¡Qué decir de este momento! Algunos fans nuevos no parecían entender la referencia, pero muchos, como yo, nos partimos de risa. ¡Gracias, Migue! Fue bastante divertido y sirvió para que al menos hubiera una forma semi redonda en medio de la cancha. Algo parecido a una pera, una calabaza… o algo así. Pero en fin, ¡al menos Narci pareció feliz! Mención especial para el Batalloncito de Mordor y un grupo de pequeños que, a un lado de la cancha, SÍ hicieron un círculo bien definido. Y también para los juglares que durante El Círculo Juglar corrían de un lado a otro por las gradas, aportando un toque especial al ambiente.

Sin duda, lo anterior es solo una pequeña muestra de todo lo vivido aquella noche inolvidable del 5 de abril. Un ambiente festivo, nostálgico y cañero, pero siempre con Saurom entregándose al 100% y su público respondiendo con gritos, porras y cánticos que erizaban la piel.

Como el ya clásico: “Saurom, hermano, ya eres mexicano”, que Migue, emulando a la gran Chavela Vargas, remató con un contundente: “Un mexicano nace donde le da la gana”.

Narci me dijo antes de llegar a México que tratarían de hacer felices a muchas personas. Y sinceramente, creo que fue misión cumplida. Lo lograron una vez más, como en cada escenario que pisan.

Este fue mi cuarto concierto con ellos… y vamos por más. Como le dije a Narci, México los recibe con los brazos abiertos. Estoy seguro de que las demás ciudades del país están ansiosas por tenerlos de nuevo en una gira nacional.

Para no extenderme más, solo debo decir que, si bien me encantó escuchar las canciones antiguas que mencioné antes, me hizo falta uno o dos temas del nuevo álbum. Por ejemplo: Mil Estrellas, El Farolero o quizá… El Vínculo.

¿Tú qué opinas?

Por: Abraham Ismael Raz Herrera / Cuna de Leyendas
Fotos: Agradecimiento especial a Pägana Radio


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